En estas dos últimas semanas, tuve tiempo entre otras cosas, de regresar a la práctica de la escritura de una forma más íntima y personal, usando papel y pluma y pensé en los múltiples cambios de nuestro comportamiento gracias a estas Nuevas Tecnologías, que dicho está de más, ya no son nada nuevas.
¿Qué es lo que lleva a una persona a abrir y alimentar un blog? ¿Qué es y para qué sirve?, seguro que esas preguntas se hacen, aquellos que no lo tienen y los que ya lo poseen, habrán de hacerse otras o preocuparse por su actualización constante, el contenido, el formato, etc.
Yo creo que en este “ciberespacio” hay una cantidad muy diversa y diferente de usuarios, es como cuando uno va en el metro o en el autobús y observa el tipo de lectura que hacen los pasajeros y se hace una idea de su personalidad, subjetivamente hablando, por supuesto. Los periódicos que van leyendo a veces también, nos habla de su posible postura política, la manera de vestir, peinado, etc, habla también bastante sobre los individuos.
Un blog, entonces, puede ser de alguna manera, una ventana para explorar la personalidad del individuo o el grupo que lo crea, pero en mi opinión lo más interesante y a la vez peligroso para sus lectores es que los “blogistas” pueden sin gran dificultad construirse una personalidad diferente o irreal, ¿quién puede saber exactamente la identidad de la persona o personas que están detrás de esas páginas de texto informatizado? Interesante me parece, cuando el “individuo lector” puede elegir lo que lee y a quien lee, es una libertad que se debe respetar, cada persona es libre de elegir los contenidos que le interesen. Lo peligroso es que tratándose de niños o adolescentes se puede consultar sitios que amenacen su integridad física o moral e incluso la de sus padres (el uso de Internet en la Pedofilia es muy común). Ventajas y desventajas existen en cuanto a los usos de Internet, los portales, foros, compras en línea, etc., y no pretendo listarlas aquí, solo quiero hacer hincapié en la capacidad tan grande del blog para generar efectos positivos y negativos en los “internautas” y que afortunadamente en comparación a la población mundial total son parcialmente representativos (6,574,666,417 de población mundial total contra 1,093,529,692 de usuarios de Internet, cifras de Internet World Stats).
¿A qué viene todo esto? es que a partir de lo último que escribí y de lo que he estado leyendo he tenido una especie de reflexión y rechazo a este mundo que en verdad sí ocasiona “segregación” y “exclusión”. Cuando he comparado las cifras de los usuarios de Internet en los países con mayores dificultades económicas y estudiado la “brecha digital” surge una alerta sobre la importancia que tiene el hecho de hacer un uso mesurado de estas tecnologías para no perder de vista otros asuntos de mayor importancia, otros de carácter social y no es por minimizar los que conciernen a “sociedad de la información” pero para avanzar de vez en cuando hay que mirar atrás.
Me he enfrentado a una especie de “nueva metamorfosis” desfavoreciendo a las nuevas tecnologías, es decir, una metamorfosis en sentido inverso, es decir rescatando esas prácticas que se van perdiendo como es leer el periódico impreso y no en su versión online, escribir con pluma en un cuaderno, no estar “conectada” todo el tiempo, no usar el celular, ni el teléfono, tratando de rescatar una vida menos “tecnológica” y más humana, en la medida de lo posible.
No creo que pueda completamente dejar atrás estas nuevas formas de expresión y de comunicación, pero dejemos que la tecnología se adapte a nosotros y no, nosotros a ella.
Una de las razones por las que me parece interesante, pero no indispensable el uso de este medio, es la posibilidad de contacto con el medio externo de forma “asíncrona” cuando uno lo decide. Ahora, se necesita una enorme cantidad de tiempo para responder los e-mails que recibimos y limpiando nuestro buzón, actualizando “software”, etc., que lo verdaderamente positivo es que estamos desarrollando al mismo tiempo “competencias tecnológicas” de forma voluntaria y a veces involuntaria.
En lo personal creo que la administración de tantos detalles Informáticos me rebasan, así que ahora sin remordimientos tecnológicos, me gusta más disfrutar de otras actividades más culturales y artísticas, que lejos están de ser rebasadas por cualquier tecnología. Así que pasando a otros temas, les voy a comentar algo de lo más sobresaliente que he visto en cuanto al “séptimo arte”.