Entre las reflexiones, de una usuaria de blog, siempre se reconocen los límites de la privacidad y de lo público, he pensado ¿qué sentido tiene pensar o escribir si no es para compartir? Entre los anónimos y los conocidos ausentes, los ausentes conocidos, creo que no tiene sentido este espacio si no es para abrir fronteras. He decidido, "postear" lo que pueda ser relevante, simplemente porque, su valor es mayor si no sólo queda en unas páginas de un cuaderno.
"Buscando en el rincón de mis recuerdos, reconociéndote incomprensible, arrebatado, "desterritorializado", tuve la impresión de sentir una ausencia "ausente", sin tragos, ni cruda, enclavada en el centro del DF".
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